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jueves, 28 de marzo de 2013

Sumergirse en la vida


Después de algunas semanas de silencio, A Partir de los Cuarenta vuelve a la carga y a la cita con todos sus amigos. El regreso lo hacemos de la mano de una persona muy especial: Cándido Costas. Un aficionado a la fotografía que no ha permitido que los cuatro años que lleva sin trabajo, y sin perspectivas, le amarguen la vida. Una historia de superación, entrega y mucho entusiamo.




La crisis se instaló oficialmente en España hace cuatro años. Casi los  mismos que lleva Cándido Costas (Vigo- 1968) sin trabajo. Este vigués que habla tres idiomas, tiene una sólida formación profesional y es aficionado a la fotografía submarina cuenta al blog A partir de los Cuarenta cómo se adaptó a su nueva situación y las nuevas oportunidades de vida que desarrolló.

 
Cándido capturando imáganes


El despido cogió a Cándido por sorpresa. Simplemente un día llegó a su empresa y se encontró con que le esperaban para comunicarle que habían cerrado. Eso sí, todo con muy buenas palabras, y un eterno agradecimiento por los servicios prestados. Lo que sintió fue un torbellino de emociones  y la sensación de que “estaban usando la crisis como excusa” ya que tres meses después reabrían las puertas con empleados más jóvenes y otras condiciones laborales. Pero pese al golpe, decidió afrontar la situación “como una nueva oportunidad, no sólo laboral, sino de vida”. Lo primero que hizo fue ralentizar el ritmo diario y “empezar a paladear lo que la vida me había dado hasta entonces: una familia fantástica que siempre me ha apoyado, y un pequeñajo que estaría encantado de ver a su papá todos los días. Además, podría dedicarle mucho más tiempo a cosas a las que antes para mí era imposible hacerlo, y que no cuestan dinero: no hace falta decir cuáles, todos tenemos alguna, ¿verdad?”. Una de esas cosas fue la fotografía submarina, una pasión que le acompaña desde los siete años, cuando su padre le regaló su primera cámara.
 
Peces Ballesta (Cándido Costas)
 

Otra de sus vocaciones relegadas por la actividad laboral  era trabajar en favor de los demás, y de la sociedad en general, al menos durante un tiempo, y sin remuneración alguna. Ahora era el momento, y casualmente surgió la oportunidad de colaborar en la Asociación de Padres del colegio de su hijo. “Para mí es gratificante, porque ayudas a que el Colegio funcione, y a que los niños tengan actividades y estén lo mejor posible mientras aprenden. Es una labor de equipo, muy desconocida y que, al contrario de lo que pueda parecer, ocupa mucho tiempo. Pero, sin duda, merece la pena”, explica.

(Cándido Costas)


Su otra gran pasión, la fotografía submarina ha acaparado también parte de este tiempo. Una oportunidad que ha sabido aprovechar viajando para captar con su cámara paisajes que la mayoría de las personas nunca verán y que él quería compartir con todos. Y es que según explica “con la fotografía submarina no busco nada que no sea la satisfacción personal, las sensaciones que experimento al bucear, y el poder compartir lo que veo mostrando las fotografías que hago. Al fin y al cabo, para mí, lo que cuenta es lo que sientes".  Sentimientos a los que suma los conocimientos técnicos conseguidos en un curso en la isla de El Hierro con el tinerfeño Carlos Minguell, tricampeón mundial de la especialidad. Los proyectos de este vigués son continuar haciendo fotos de los fondos marinos, disfrutar de su hijo, al que ya le ha metido el gusanillo del submarinismo y luchar por sus sueños.

 

"Bailarina Española" (Cándido Costas- 1º premio revista Diving)
 

Cándido Costas ha concedido su autorización al blog A Partir de los Cuarenta para publicar algunas de sus mejores fotos submarinas, entre ellas el titulada “La bailarina española” que logró el 1er premio categoría fauna del galardón creado por la Revista Diving (publicación de la foto en la revista y exposición de la misma en el Salón Náutico de Barcelona). También fue seleccionado por la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia para participar en el FIIS (Festival Internacional de la Imagen Submarina), y posteriormente para exponer durante un año en el Oceanográfico valenciano. Esperamos que disfruten con este viaje por el reino de Poseidón.

 
"Batea a contraluz" (Cándido Costas)
 


Y para finalizar este viaje submarino, un poco de la música del grupo portugués Madredeus  y su tema "O Mar" del Cd "Saudade"

sábado, 2 de febrero de 2013

DE CANARIAS A GALICIA, IDA Y VUELTA




HELENA PÉREZ FELIPE


Periodista y natural de Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias), España. Después de 10 años de dedicación a la profesión periodística, decidió abandonarla y comenzar una nueva etapa, contando entonces con 36 años. Dejó su lugar de nacimiento para emprender una nueva aventura en Galicia, comunidad a la que llegó con su coche, su perro y sus ganas de empezar de nuevo. Tras cuatro duros años y por motivos de supervivencia económica ha vuelto a su tierra natal y retomado la carrera que nunca llegó a abandonar, aunque ahora prefiere decirse comunicadora más que periodista. En un momento en el que el término de moda es “reinvención”, ella la afronta con un único objetivo: sentirse bien haciendo lo que haga y siempre desde la visión interior. A partir de los cuarenta publica hoy un texto de esta comunicadora que inicia una nueva etapa llena de proyectos

¿Se puede llegar a los cuarenta años sin desarrollar tu misión de vida? Sí, al menos ese es mi caso. Y cuando eso ocurre, una mujer sabia y amiga dice que “el alma es infeliz”. Añade: “el cielo no permitirá que se obstaculice la creatividad”. Habla de mi creatividad, al parecer, la cual lucha por darse a conocer en la vertiente literaria desde muy pequeña. Curiosamente, después de disfrutar de la sabiduría y amorosa presencia de esta amiga, tenía previsto acudir a la conferencia de otra mujer, amiga también, para oírla hablar del poder de la palabra escrita. A ella le escucho decir: “somos lo que escribimos y escribimos lo que somos”. Dos horas después aquí estoy, intentando ser a través de lo que he venido hacer, escribiendo. Sé, fehacientemente, que nada ocurre por casualidad, así que atribuyo a estas dos experiencias de esta tarde de enero el hecho de que estés leyendo estas líneas en el blog de otra mujer sabia y amiga (qué afortunada me ha hecho el universo a este respecto).
En tiempos en los que continuamente oigo que hay que reinventarse, reflexiono sobre mi reinvención y después de mucho pensar cómo hacerlo caigo en la cuenta que esa, mi reinvención, pasa por volver al origen, a lo que estaba marcado para mi nada más nacer, mi misión de vida: crear. Claro que tener que llegar a los cuarenta para entender esto es, por decirlo suavemente, “de juzgado de guardia”. Tengo que ser precisa. Señales de lo que debía ser y hacer ha habido siempre. Con siete años me escondía en casa de mi abuela para leer las novelas de su sencilla colección y en el “pollo” de su cocina escribí mis primeros cuentos. Con diez años apuntaba en pequeñas libretas lo que había sido mi día y con 12 me llevaba todos los premios de redacción de mi clase. Me costó elegir carrera universitaria, no crean, pero me decidí por el periodismo porque “era una forma de escribir”. Así se lo dije a una de las profesoras que nos preguntó la primera semana de clase por qué estábamos allí. Desde entonces he escrito, sí, y mucho, pero parece que no lo que debía porque “mi alma es infeliz”. De hecho, he estado perdida mucho tiempo. He dejado mi casa y he vuelto, he dejado el periodismo y he vuelto, he dejado el corazón en el camino y he vuelto a recogerlo…, pero, aquí estoy, dando a conocer públicamente un escrito hecho desde el sentimiento y la emoción, no un escrito puramente informativo como hasta ahora. Con más de cuarenta creo que empiezo a desarrollar mi misión de vida. Y como le digo a una de las fundadoras de este blog “aún tengo media vida por delante”, porque hoy en día haber vivido cuarenta años es haber vivido solo la mitad y hay tanto que insuflarle a la otra mitad. ¿No crees?

La música que inspira a Helena




miércoles, 9 de enero de 2013

LA VIDA VALE LA PENA VIVIRLA EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA


Hoy queremos compartir con los lectores del blog "A partir de los cuarenta", el texto que, con tanta amabilidad, aceptó compartir el Doctor José Martínez-Romero Gandos, Doctor en Psicología por la Universidad de A Coruña, y discípulo del fundador de la Logoterapia, Dr. Víktor Frankl. 


Dr. José Martínez-Romero Gandos


La vida vale la pena vivirla en cualquier circunstancia. No fuimos creados para sufrir. Pero el sufrimiento es inevitable aún en este mundo consumista, global y superacelerado. Ante su presencia debemos encontrarle sentido. Contamos con los valores que hemos adquirido y desarrollado en nuestra existencia. Es sencillo clasificarlos. Los hay de experiencia. Los hay de creatividad y los hay de actitud. Estos son los importantes a la hora de enfrentar nuestro futuro.
A cualquier edad es necesario mantener los proyectos pues son éstos los que sostienen a nuestro final lejos. Si desaparecen los proyectos la muerte se hace presente en forma de depresión. Y nunca mejor dicho: “se hace presente”, se nos aparece hoy como un fantasma que no nos deja seguir adelante en plenitud.



Dr. Víktor Frankl y Dr. José Martínez-Romero Gandos
Ciertamente, nos transformamos desde la concepción. Matizo a mi colega Rojas Marcos citado en la anterior entrada de esteblog "A partir de los cuarenta", y agrego que el cambio, positivo o negativo, se produce en cada instante de nuestra existencia. Si las circunstancias de la nuestra nos han enfrentado a una circunstancia muy difícil o casi insalvable siempre nos queda la elección de una actitud con la cual enfrentarla.No nos “re” inventamos porque siempre fuimos lo que somos: un existente que habita en el mundo, con su libertad, con su responsabilidad, con su creatividad pero con la necesidad de asumir que nuestro tiempo es limitado. Ampliemos ese tiempo creando. No inventando.
Según el diccionario “inventar” es crear una cosa nueva o no conocida. No somos nuevos para nosotros mismos y solamente es un poco cierto que no nos conocemos cabalmente.
Amemos nuestra existencia como algo “único e irrepetible” que merece la pena cultivar abonando su crecimiento con el mismo ingrediente que nos dio la vida: AMOR.
Amemos a los otros, a la naturaleza, a las cosas que nos fueron afectas (“la afectividad”) y viviremos plenamente, muchos años. Muchos más que “la mitad de la galletita”.
De todas formas, el promedio actual de vida sobrepasa los 80. Yo os auguro llegar plenamente hasta los 100, que es a lo que yo mismo aspiro.
Entramos en un nuevo año, el 2013 de nuestra civilización. Escuchemos a los Beatles cuando suenan “All you need is love…”. Y para no cansarlos con largas recomendaciones de “salud mental” los derivo a mi blog “Encontrar sentido a la vida” . Que lo disfruten.